Pues bien, la carrera de Willard Wigan como microescultor comenzó cuando el sólo tenía 5 años, edad a la que comenzó a construir casas para las hormigas porque pensó que necesitaban algún sitio en el que vivir; después, les hizo sombreros y zapatos. Adorable, ¿no?
A día de hoy sus esculturas sólo pueden verse con microscopio y la industria cinematográfica tiene en el punto de mira la vida de este... microartista.
Más información e imagénes en la WEB DE WILLARD WIGAN.
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